En agosto de 1892, la maestra de escuela dominical de Fall River, Massachusetts, Lizzie Borden, se encuentra con la terrible escena del crimen de su padre Andrew, que había sido brutalmente asesinado con un hacha. Llega la policía local y descubre también el cuerpo de Abby Borden, la madrastra de Lizzie y su hermana mayor Emma. A medida que avanza el caso, la evidencia parece apuntar a Lizzie como la principal sospechosa. Su abogado, Andrew Jennings, sostiene que una mujer no podría cometer un crimen tan cruel y espantoso. Aún así, Lizzie es juzgada por los asesinatos y el caso aparece en los titulares de los periódicos de todo el país, que lo consideran el más infame del siglo.
Finalmente, el jurado encuentra a Lizzie inocente de todos los cargos. A pesar de la absolución, se ha convertido en la paria del pueblo. Durante un enfrentamiento final entre Lizzie y Emma, la primera le pregunta a su hermana si quiere saber la verdad. Lizzie luego le susurra al oído a Emma mientras una serie de flashbacks muestran a Lizzie cometiendo los asesinatos. Emma, visiblemente molesta, sale de la habitación y, finalmente, se muda de su casa, sin volver a ver a Lizzie. Lizzie sale y escucha a tres niños saltar la cuerda al son de la famosa canción infantil: "Lizzie Borden tomó un hacha / Le dio a su madre cuarenta golpes / Cuando vio lo que había hecho / Le dio a su padre cuarenta y uno".
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